Identificacion y desarrollo del talento en la Educación

Juan Carlos Marin Puche
Juan Carlos Marin Puche

Ya desde 1995, hace ya 30 años, se hablaba de un concepto diferente en el que debería usarse la palabra “talento” para denotar las aptitudes especializadas crecientes o las habilidades que desarrollan los jóvenes como una función de la habilidad general. El talento crece mientras el joven desarrollas las destrezas específicas, sus intereses y motivaciones.

Desde el punto de vista de los padres y profesores escolares, lo más importante que tienen que conocer son los valores del talento de los niños o cómo educar esos talentos para ayudarles a realizarlos hasta el mayor grado posible.
Maravilloso artículo de John F. Feldhusen de la Universidad de Purdue en U.S.A.

El Talento es un complejo de aptitudes o de inteligencias, de destrezas aprendidas y de conocimiento, y motivaciones-aptitudes-disposiciones, que predisponen a un individuo al éxito en una ocupación, vocación, profesión, arte o negocio (Gardner, 1992). Lo importante no es centrarnos en nuestra orientación académica, sino en qué somos buenos y qué nos hace funcionar. Esto nos será útil eligiendo la carrera que elijamos.

 

Gabriel González Ortiz

Ayudar a descubrir el talento de cada niño en la escuela (1). Sobre talento, inteligencia y superdotación.

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Nuestro paso por la escuela, no puede ser un trámite, una obligación para conseguir un certificado. Es una oportunidad; una enorme y quizá para muchos, única oportunidad, de mostrar nuestra singularidad, de sacar a la luz aquello que traemos desde nuestro nacimiento, de nuestro ADN.

Los numerosos estudios realizados sobre el componente hereditario de la inteligencia basan sus conclusiones en la gran cantidad de ejemplos referentes a personas con capacidades excepcionales a muy temprana edad; tan temprana que no ha dado tiempo a ejercer ninguna influencia ambiental, ninguna estimulación sobre ellos; son los estudios sobre “niños prodigio”

Hasta ahora, la inmensa mayoría de investigaciones se han dirigido a detectar en este campo, las llamadas personas superdotadas. Descubrir esa superdotación en niños y niñas desde unas edades concretas; invirtiendo preferentemente en esa exigua minoría y obviando como “normales” al resto.

Incluso en algunas ocasiones, se puede encontrar un cierto grado de solapamiento entre la noción de personas superdotadas, y personas con talento.Aunque en el mundo académico e investigador, exista correlación entre ambos conceptos, en general, se puede hablar de la superdotación para capacidad general y del talento para capacidad específica.

A nosotros, nos interesa el talento como cualidad singular, la mejor cualidad que acompaña a cualquier persona desde su nacimiento, afirmando que todas las personas tienen su talento y que tomar conciencia del mismo, cuanto antes mejor, puede resultar determinante en sus elecciones futuras y en su propia felicidad.

Cuando hablamos de talento, aparece siempre la inteligencia, y diferenciar los conceptos no es fácil, ofreciendo a veces el mismo Gardner, la posibilidad de utilizarlos indistintamente cuando habla de su teoría de las Inteligencias Múltiples.

Quizá podríamos afirmar que mientras la inteligencia es una facultad puramente intelectual, el talento conlleva la gestión relacionada de varias facultades, no todas necesariamente, de carácter intelectual. Aunque el órgano director sea el cerebro, muchas de las facultades que acompañan al talento precisan del funcionamiento de otros órganos.

El talento se asocia además a la facultad de hacer algo, y hacerlo además, de manera destacada; conlleva acción, o al menos, potencial de acción: decimos que alguien tiene talento cuando ha demostrado su especial excelencia en alguna materia…y aquí tenemos otra pista.

El talento se aprecia, es visible; la inteligencia, no siempre. Así, dirigir una reunión sin presionar, dando cancha a todos y consiguiendo que se sientan importantes en un ambiente de cooperación y creatividad, es un talento; mientras que de una persona que ha sacado una oposición a funcionario del Estado, afirmamos simplemente que es muy inteligente, por el hecho de suponer que la inteligencia (comprensión, memorización y claridad conceptual para exponer) juega un papel imprescindible en ese proceso de consecución.

 

Antonio Ángel Pérez Ballester